jueves, 3 de abril de 2014

Los condenados.


 Aquellos que son juzgados por sus actos y su manera de ser.
Aquellos que no visten como el montón y tienen sueños diferentes.
Aquellos que viven el día a día y se salen de la estructura.

Los condenados.

Los que no tienen un diploma colgado ni estudios terciarios. Estúpidos, señalados con el dedo, mirados con recelo.
Anhelos de colores, soñadores sin remedio.

Aquellos que salen de las formas.
Aquellos que no son académicos ni políticamente correctos.
Aquellos que creen poder llegar algún día.

Los condenados. Los azotados y crucificados.

Aquellos que no tienen derecho a ser dueños de sus sueños.
Aquellos que se sienten no queridos, no valorados. Que se apagan por dentro.

Los condenados de siempre.


1 comentario:

Be nice.